viernes, 6 de junio de 2014

Siempre hay una solución.

Después del análisis tan profundo que hice ayer sobre vivir y dejarme llevar, no he podido empezar mejor el día, mirándolo desde el lado positivo, intentando dar lo mejor de mi en cada momento y disfrutando de cada segundo de la vida, no hace falta crear problemas porque estos ya vendrán solos y si vienen pues ha solucionarlos. Que no hay un problema que no tenga solución ni una sonrisa que no tenga otra de vuelta.
Que muchas veces nos levantamos esperando cruzarnos con el amor de nuestra vida cuando quizás está mucho más cerca de lo que pensamos. Pues con los problemas pasa lo mismo, no encontramos la salida al final del camino, ni vemos la luz pero quizás la solución no está tan lejos como pensamos si no que la tenemos tan cerca que ni siquiera podemos apreciarla, no podemos verla y nos ceñimos a buscar soluciones compleja que quizás no solucionen nada si no que crean más problemas.
Por eso que mejor que sonreír a quién te sonríe, disfrutar con quién realmente quieres y vivir porque la vida al fin y al cabo es eso vivir, no contar los minutos si no hacer que los minutos cuenten.
Todos los problemas tienen solución, quizás más tarde o más temprano pero todos absolutamente todos tienen solución, es más a día de hoy el único que no podemos solucionar es la muerte pero ¿los demás? Todos y cada uno de ellos.
Así que a luchar por ser mejor persona, por ser más positivo, que no hay nada más bonito que evolucionar como ser y que todos los errores que cometas hoy te servirán como ejemplo para el mañana y al final va a ser verdad el "no hay mal que por bien no venga" y el "de los errores se aprende" porque es en eso en lo que se basa la vida, en equivocarnos y en arreglarnos, en caernos y levantarnos, en tropezar con una piedra y saber que con esa ya no volveremos a tropezar porque si cometemos varias veces el mismo error ya no es error, es vicio y eso nos enseña que no hemos aprendido lo suficiente.
Por eso a cada problema una solución y a cada error una lección.

jueves, 5 de junio de 2014

Carpe Diem.

Hoy me he parado a pensar y me he dicho a mi misma: "tienes que dejar de darle tantas vueltas a las cosas." Y es cierto, soy una persona que analiza demasiado las cosas, que le da más importancia de las que realmente tienen, que si ha sido una gilipollez yo lo veo un mundo o que si una noche no me hablas ya pienso que pierdes el interés conmigo. De un granito de arena hago una montaña y eso no es bueno, porque siempre además de eso soy pesimista, todo me lo llevo a lo peor para luego no llevarme sorpresas y claro, no hay peor palabras que las que te dices a ti misma, porque sólo tú conoces tus defectos y sabes que es lo que realmente te hace daño, sabes dónde atacarte para hacerte daño y sabes exactamente dónde tienes la llaga para meter el dedito. ¿No es hora ya de cambiar todo eso? ¿No es hora de empezar a vivir un poquito más y pensar un poco menos? Que si un día no me hablas, no pasa nada no habrás tenido tiempo y que si me llevo una semana sin verte en vez de pensar que ya ni te acuerdas de mi, mejor pensar que tienes tantas ganas como yo de que nos veamos. Es el momento de dejar atrás toda esa inseguridad que me achaca día tras día, dejar de darle vueltas a lo mismo una y otra vez porque aunque diga "no, no tiene importancia" o "es que en realidad no tiene importancia" pues si no tiene tanta importancia, ¿por qué le doy tantas vueltas?¿Será porque en realidad si le doy más importancia?
Lo cierto es que darle tantas vueltas a lo mismo no te hace salir de dudas, que si tienes alguna duda o hay algo que te inquieta es mejor hablarlo con esa persona y no estar con el reconcome en tu cabeza.
Y como esta vida son dos días y ya hemos vivido uno y medio, habrá que dejarse llevar y realmente comerse el coco por aquello importante o que merezca la pena, no por una simple gilipollez o por un pensamiento que pasa por tu cabeza y es capaz de crearte una paranoia. Así que que mejor que vivir el día día y disfrutar cada segundo que pueda a tu lado y si esto se acaba... pues nada,un buen amigo que me queda y por supuesto un bonito recuerdo que me llevo porque todo lo que me hace hoy reír, mañana serán de los mejores recuerdos que tendré y los minutos a tu lado estoy segura de que lo serán, porque yo no quiero que seamos dos desconocidos con un pasado en común, quiero que nos acordemos de cada momento que hemos estado juntos, de cada risa, de cada tontería, de cada beso.Así que...¿para que comerme la cabeza cuando puedo dejarme llevar y disfrutar del momento?

domingo, 1 de junio de 2014

Llamémosle curiosidad.

¿No os ha pasado eso de necesitar saber quién es una persona y cuánto más deseas saberlo más tardarás en saber esa información? Saber que le une a esa persona, que clase de vínculos tiene y claro inconscientemente preguntarte si deberías ponerte celosa o simplemente ponerte celosa.
De verdad y mira que han pasado semanas y semanas y por más que lo intento no hay manera, pensé que había conseguido apartarlo de mi mente y por un instante así fue pero que vuelva a aparecer de la nada a dedicarle sus tweets.. vale, que sí, que son inofensivos y de lo más normal del mundo pero... es que ya por simple curiosidad necesito saberlo, parece una necesidad vital y hasta cierto punto más de una persona lo pensaría pero es mi necesidad por saber, mi curiosidad, si esa, la que mató al gato.
En fin, y si ya sabes que encima va a venir a visitarle, que mal ¿no?Y ahí,es justo ahí cuando mi curiosidad aumenta muchísimo más y sobre todo si no me he enterado por él precisamente...
Pero bueno, se supone que no tengo por qué rayarme y mucho menos emparanollarme pero oye que siempre hay algo que queda ahí. Llamémosle curiosidad.