domingo, 1 de junio de 2014

Llamémosle curiosidad.

¿No os ha pasado eso de necesitar saber quién es una persona y cuánto más deseas saberlo más tardarás en saber esa información? Saber que le une a esa persona, que clase de vínculos tiene y claro inconscientemente preguntarte si deberías ponerte celosa o simplemente ponerte celosa.
De verdad y mira que han pasado semanas y semanas y por más que lo intento no hay manera, pensé que había conseguido apartarlo de mi mente y por un instante así fue pero que vuelva a aparecer de la nada a dedicarle sus tweets.. vale, que sí, que son inofensivos y de lo más normal del mundo pero... es que ya por simple curiosidad necesito saberlo, parece una necesidad vital y hasta cierto punto más de una persona lo pensaría pero es mi necesidad por saber, mi curiosidad, si esa, la que mató al gato.
En fin, y si ya sabes que encima va a venir a visitarle, que mal ¿no?Y ahí,es justo ahí cuando mi curiosidad aumenta muchísimo más y sobre todo si no me he enterado por él precisamente...
Pero bueno, se supone que no tengo por qué rayarme y mucho menos emparanollarme pero oye que siempre hay algo que queda ahí. Llamémosle curiosidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario